Los ingredientes para “crear” cualquier criatura, están
escritos en su ADN, por lo cual no es de extrañar que cuando los genetistas anunciaron que han sido capaces
de completar la secuencia completa de ADN de un mamut lanudo, la imaginación de
todos hizo que estos gigantes renacieran de nuevo.
Sin embargo, a pesar de estos avances, actualmente es
imposible que, teniendo la secuencia completa de ADN en un archivo informático,
podamos crear vida a partir de ello. Eso, algún día en un futuro no muy lejano,
alguien probara una nueva tecnología que lo permitirá. Así lo ha pronosticado
uno de los integrantes del ambicioso Proyecto Genoma, el biólogo molecular de
la Universidad de Pennsylvania, Stephan Schuster.
Obviamente ante esta perspectiva, ¿Qué otros animales además
del mamut son candidatos a una futura “reencarnación” en la Tierra?, pues
ciertamente, sólo lo podremos hacer con aquellos con los que contemos con su
secuencia de ADN completa, sino, es imposible. Teniendo en cuenta que el ADN es
destruido con mucha facilidad en cuanto el sujeto muere y se descompone, obtenerlo
es muy complicado, es más, incluso si las condiciones fueran ideales
(preservado en hielo, una cueva o regiones muy secas), el ADN no sobrevive más
de un millón de años. Por tanto y teniendo en cuenta entonces estos datos, los
antiguos dinosaurios quedan fuera de nuestro alcance y “sólo valdría la pena
estudiar especímenes con menos de 100.000 años”.
Como decía antes, a pesar de que conocemos las secuencia
completa de muchos animales, actualmente la tecnología no nos permite el sueño
de volver a la vida a especies extintas, pero ¿Quién diría hace 50 años que
seríamos capaces clonar animales, leer el código genético de los humanos y
solucionar enfermedades hereditarias, o estar cerca de crear vida artificial?
Tendríamos que no sólo plantearse la tecnología
y los problemas morales para hacerlo, sino también otras cuestiones tan
importantes como el hábitat en el que vivirían.Tigre Dientes de Sable: (Smilodon fatalis)
Esta legendaria bestia felina (Extinción: +- 10.000 años), sería un candidato excelente
para un estudio de viabilidad. Se sabe que existen muchos especímenes
conservados en los pozos de alquitrán en Los Ángeles, pero lo malo es que este
alquitrán hace muy difícil la extracción del ADN, motivo por el cual hasta el
momento nadie a sido capaz de aislar una secuencia decente. Sin embargo,
también existen ejemplares en permafrost que podrían ser una fuente excelente
para la extracción de ADN. En caso de poderse extraer un secuencia completa, el
león africano sería un excelente candidato para traerlo a la vida por sus
condiciones de vida similares.
En algunos lugares del continente americano se han recogido
informes que relatan avistamientos de una criatura similar al tigre dientes de
sable.
Oso Cavernario: (Arctodus simus)
Esta mole gigante sobrepasaba al mayor carnívoro terrestre
que podemos encontrar actualmente, el oso polar (Extinción: +- 11.000 años). Se cree que este oso pudo ser
un tercio mayor que su primo “albino” en posición vertical, y llegar a pesar
una tonelada. La recuperación de su ADN debería ser posible al encontrarse
ejemplares en permafrost. Este oso tiene su pariente más cercano en el oso de
América del Sur, los dos ejemplares parten de una misma rama evolutiva que se
separo hace unos 5 millones de años, pero lamentablemente el oso americano,
solo conserva un 10% de la masa corporal del oso cavernario, por lo que es
posible que no sea un buen candidato.
El Thylacine: (Thylacinus cynocephalus)
El ultimo “tigre de Tasmania” conocido murió en el zoológico
de Hobart en 1936, siendo extinta por culpa del ser humano. En la actualidad
existen diversos tejidos conservados con menos de un siglo de antigüedad, por
lo que los genetistas no deberían tener problemas para secuenciar su genoma
completo. Cuando hablamos de “resurrección” resulta además que los marsupiales
como este son excelentes candidatos pues el embarazo de estos animales suele
durar unas semanas, y con una simple forma de placenta, por lo que el riesgo de
rechazo del embrión implantado sería muy reducido. El candidato ideal como
madre sería el Diablo de Tasmania, y tras su nacimiento, el feto tendría que
ser alimentado en una bolsa artificial y alimentado también con leche
artificial.
En la actualidad, existen decenas de informes, filmaciones y
fotografías que tratan sobre la posible supervivencia de este marsupial, en
nuestros días, lo que para muchos especialistas no es tan descabellado.
El Glyptodon: (Doedicurus clavicaudatus)
El renacimiento del rinoceronte lanudo, tiene mucho a su
favor (Extinción: +- 10.000 años). De la misma manera que con el mamut, existen muchos ejemplares
congelados en permafrost y la disponibilidad de cuernos, pelos y pezuñas es una
gran ventaja. Estos tejidos pueden ser limpiados con algo similar a la lejía y
el champú para eliminar los contaminantes de ADN como microbios y hongos, ante
de utilizar enzimas para recuperar un ADN casi puro del rinoceronte. Esto hace
que tener una secuencia completa sea sólo cuestión de tiempo. Lo malo es que
todos los candidatos a madre de alquiler, se encuentran actualmente en grave
peligro de extinción, lo que siendo el caso, la prioridad de resucitar a un
rinoceronte lanudo no es una prioridad.
El Dodo: (Raphus cucullatus)
En 2002 los genetistas de la Universidad de
Oxford consiguieron permiso para “cortar” unas muestras de los mejores restos
conservados del Dodo, los restos de un hueso de la pata con piel y plumas (Extinción: +- 1690). El
ejemplar se encontraba bajo llave en la Universidad del Museo de Historia
Natural, “fue unas de las cosas más espantosas que he realizado nunca” explico
Beth Shapiro encargado de la extracción. Los restos produjeron fragmentos de
ADN mitocondrial del Dodo, pero nada más. Desde entonces ningún otro resto ha
aportado más registros de ADN, y algunos esperan que todavía hoy se encuentre
algún ejemplar en buenas condiciones. El candidato ideal para usarlo como madre
serían las palomas.
El perezoso gigante de tierra: (Megatherium americanum)
Este gigante alcanzaba los 6 metros de altura y se cree que
pesaba unas 4 toneladas. Su extinción es relativamente reciente (Extinción: +- 8.000 años) y se han
encontrado algunos ejemplares con pelo, una excelente muestras de ADN, así que
es posible conseguir el genoma de este gigante, es más, el Dr. Hendrik Poinar
de la Universidad de MacMaster en Canadá, ha extraído ADN de este perezoso que
se encontró fosilizado en estiércol. La dificultad radica en un sustituto
adecuado ya que el pariente más cercano es el perezoso arborícola de tres dedos
que es enano en comparación. Podría ser capaz de proporcionar los huevos con
los que crear el embrión, pero la cría superaría con creces a la madre en
cuestión de poco tiempo.
El Moa: (Dinornis robustus)
En la actualidad existen muchos restos del Moa que han
pasado bien conservados en las cuevas de Nueva Zelanda, restos de huevos y
huesos, hacen factible una posible recuperación del ADN. Pero, ¿No sería mejor
comenzar por su pariente más pequeño el Megalapteryx didinud que por el Moa con
sus más de tres metros de altura?. Aunque lejanamente emparentadas con los
avestruces, estas serían los candidatos ideales para su recuperación.
El ave Moa es otro de esos animales legendarios que siguen
ocupando la especulación en cuanto a su supervivencia en remotos lugares de
Nueva Zelanda.
El Glyptodon: (Doedicurus clavicaudatus
Este inmenso armadillo del tamaño de un Volkswagen
Escarabajo, deambuló por los paisajes de América del Sur libremente y a muchos
les gustaría que lo hiciera de nuevo (Extinción: +- 11.000 años). No existen por el momento restos
congelados de este animal, por lo que dependería de encontrar algunos restos en
buenas condiciones en un lugar fresco o una cueva seca. Y luego tendríamos otro
gran problema, los actuales candidatos para hacer de madres portadoras son
realmente más pequeños que este gigante.
Castor Gigante: (Castoroides ohioensis)
Existe un gran controversia sobre el restablecimeinto de los
castores a la normalidad en algunos países, por lo que no es difícil imaginar
la controversia que suscitaría integrar uno de 2,5 metros de longitud en
América Norte. Conseguir una secuencia completa de este animal actualmente es
imposible pero podrían encontrarse restos en el futuro. El chigüire, que tiene
aproximadamente la mitad de su masa, sería probablemente el sustituto más
adecuado. La extinción del Castor gigante se piensaq es de: (+- 10.000 años).
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